Sucio y feo
Por teléfono me faltaba el respeto, se reía de mí, me llamaba "doctora". Cuando vino era feo y era sucio. Panza cervecera, hongos en las uñas y mal olor en los pies. Los pies me calentaban sin embargo. Tenían buena forma y tamaño. Cuando se los empecé a tocar, él bufó de placer "qué bueno!", "qué manos suaves tenés!", "qué bien me tocás!". Todo eso me decía, y las irreverencias, que se había permitido por teléfono, en persona no le dió para hacerlas, fue más cuidadoso, pero se le notaba esa vibra prepotente, de conducirme hacia donde él quería. Para limpiarle las manos con alcohol, me plegué sobre la cadera y apoyé mi cabeza entre sus muslos, eso ya lo puso con la pija a media erección. El chabón estaba re caliente con la situación. No esperó que terminara los pies, me dijo "tengo acá una molestia, sabés?", tocándose el muslo, "que estuve jugando al fútbol ayer". Eso es código para "vení a tocarme la pija, puto". E...