Un copado

 Otro motoquero. Me copan los motoqueros, porque se mueven por toda la ciudad y pueden manejar sus horarios. Y mi camilla es una buena parada para ellos. Re calentón, me dijo, estudió boxeo y cada tanto se agarra a las piñas con algún tachero. Más porque, como lo ven chiquito, los grandulones dice que lo prepotean. Pero él los ubica al toque con un par de piñas. Muy rápido para las piñas en las peleas callejeras. Ya lleva varias fracturas en las manos por eso. Y en serio que es bien chiquito, cuerpo chiquito, pies chiquito, pija chiquita. Chiquita, pero no micropénica. Es una linda pija, proporcionada. Buena forma. Buen color. También huele bien. Me re cabe chupar pijas así, no me voy a cansar de repetirlo, porque la mandíbula no se esfuerza nada y puedo darle y darle sin problemas. Al principio no mostraba signos de erección, incluso cuando me acercaba a las zonas erógenas del interior de los muslos. Se lo hice notar, porque la cosa venía muy charlada. Hablamos los dos hasta por los codos todo el tiempo. Es que nos caímos bien. ¿Vieron cuando se da la confianza para charlar como si nada? El me hablaba de sus historias de motoqueros, yo le hablaba de mis historias de masajistas, compartíamos experiencias. Circulaba la buena onda. Así que cuando iba llegando a la ingle le hacía notar que su pija seguía como si nada. Él se rió y se me puso a hablar como era mi política acerca de las acabadas en la boca. Yo le dije que no me cabía, por la cuestión estadística, con la cantidad de pijas que pasan por mi boca todas las semanas, si me dejara acabar por todos los desconocidos adentro, mi estómago se convertiría en un cocktail de espermas. Y lo que es el morbo, ahí se le paró. "Bueno, es cuestión de gustos" me dijo. "Y en otras circunstancias no lo has hecho?". "Yo hice todo" le aclaré "lo que no implica que vuelva a hacerlo". Tuve una etapa de pasivo de gang bangs, por ejemplo. Lo que no implica que vuelva a hacerlo. O que cueste más convencerme, al menos. Mi ano nunca terminó de recuperarse de eso. Igual fueron divertidos, no me arrepiento. Hay putos que mueren sin nunca haber sido penetrados por 7 machos en fila. Eso a mí no me va a pasar. Así charlando seguimos con el masaje y su erección se va, de manera que, cuando terminé con sus piernas le pregunté con la mayor naturalidad el mundo: "¿querés que te toque un poco la chota?". "Dale" me respondió con la misma naturalidad. Y al toque directo, la pija sí que respondió al toque. Es lo que tienen los pendejos. La erección fácil. Me gustan por eso. Me gusta esa energía tan... eréctil. Soy un básico a veces. Pero no puedo evitarlo. Le di cabeza a la pija hasta que él no aguantó más, esto que les decía que una pija chica yo la puedo chupar por tiempo indeterminado. Me dijo que estaba por reventar, así que pasé a la paja con aceite. Con algún dedo que bajaba hasta la cola cada tanto, pero sin meterse, porque me parecía que no iba por ese lado. Sólo una estimulación superficial. Hasta que, en determinado momento, me reclama su pija "dame, no lo soporto más!" y se pajeó él rápidamente hasta el final, pero de una forma muy peculiar: frotándose con rapidez el tronco a lo largo del canal de la uretra, así acabó. Hacía bocha que no veía a nadie masturbarse así. Yo hacía lo mismo a los 15 años. Fue todo un aprendizaje poder pajearme como el resto de los chicos, después. Es tratar a la pija como a un clítoris. Una vez con el semen en su mano, me pidió perdón por haberme quitado el control de la pija. Yo me reía y le dije que no se sintiera culpable en absoluto, mientras lo limpiaba. Nos pusimos a esperar que se le terminara de bajar la erección, para que saliera el resto de la leche y a él le dio un ataque de vergüenza, de estar así expuesto, en pija, encima mío. Se cubrió la cara con un brazo, se puso todo colorado y se rió "me da no se qué, estár así delante tuyo". "¿Después de que te la estuve chupando por media hora?" me reí yo. Ahí aflojó y es que, claro, con la pija parada la vergüenza, si está, ni se nota. Igual me resultó encantadora la manera en que se sonrojaba delante mío. Pasado ese momento de vergüenza seguimos charlando como antes. Entramos en el terreno de las pijas chicas versus las pijas grandes. Me preguntó si eso hacía mucha diferencia para mí. Yo le conté cómo el mejor amante que tuve en mi vida, el que mejor me cojió nunca y que me descubrió el placer de ser completamente pasivo, tenía la pija bastante chica, pero una técnica digna de la gloria. Un verdadero dios del sexo. Una vez le había preguntado de dónde había sacado todo lo que sabía del sexo, y él me había dicho que "hay que estar atentos, nada más, porque de cada persona con la que uno se acuesta puede aprender algo". Y este chico no podía estar más de acuerdo, y pasó a contarme cómo una chica le había enseñado una posición que a él nunca se le había ocurrido, mediante la cual, al penetrarla, podía golpearle el clítoris con el tronco de la pija y así hacerla acabar (mientras él se estimulaba la uretra, su punto sensible). Desde entonces empezó a aplicar esa misma posición con otras chicas y hasta ahora no había encontrado ninguna en que no funcionara. Así sentía que había descubierto el secreto del orgasmo femenino. "Y eso es fundamento" me dijo "para que vuelvan. Porque lo importante es que vuelvan". Seguimos charlando un rato más, hablando de técnicas y experiencias hasta que vimos que se había hecho re tarde, pero antes de irse, mientras se vestía, me aclaró lo bien que la había pasado y lo cómodo que se había sentido conmigo. Incluso, un par de horas más tarde, me mandaba un mensaje de whatsapp, en el que me decía "La verdad SOS muy copado". Yo ya lo sabía, pero es bueno que me lo repitan.   

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