Técnica de penetración anal con la pija blanda

Vive muy lejos en el conurbano y viene pidiéndome pista hace meses. Siempre muy respetuoso, esperando que llegue su turno. Le pido por favor que lea mi último relato, Degradado, para que sepa el estado en que estoy, y que posiblemente no esté a la altura de mis mejores días. No le importa. O sí, le importa, me dice, pero porque quiere hacer notar que no le importa que no esté en mi máximo rendimiento. "Todos tenemos esos días", aclara. Ya habiéndolo prevenido, cuando lo tengo desnudo en la camilla, le digo que esta no va a ser una sesión normal. Voy a dejar el masaje de lado y voy a ir directo al grano. No está bueno hacer esto, porque la pija se para diferente después del masaje. El cuerpo relajado siempre reacciona mejor. Pero yo estoy transfigurado del cansancio y si le hago el masaje, como hago siempre, para cuando llegue a la parte erótica ya no voy a poder hacer más nada. Es así como me di cuenta que puedo descansar, yendo directo a la pija. La pija es mi descanso. Igual, le cuesta pararse. Él está claramente nervioso, haber pasado por arriba todo prolegómeno e ido directamente a su sexo entiendo que pueda ser intimidante. De a poco se la voy estimulando, pero tarda en llegar la erección. Y no me la quiero meter en la boca, así blanda. Porque me parece que es un atajo que no está bueno. Quiero poder parársela con las manos, con los toques que le vaya dando. Consigo así una semi erección, donde la pija está copletamente despegada, pero no enteramente dura. El me lleva una mano hasta la cola, "eso me estimula mucho" me dice. Yo me calzo un guante y le pongo un toque de aceite al glande, no mucho, sólo lo justo. Y así humedezco los dedos del glande para empezar a estimularle el esfínter primero, y como veo que reacciona bien, penetrar suavemente con el mayor, nunca dejo de hacerle la paja. La penetración, con una pija parada, no duele tanto como excita, por eso es que a mí me suele doler, porque no se me para cuando me la meten, o me solía doler, cuando lo tenía más cerrado que ahora, después de tanto agite que vengo teniendo. Busco la próstata con el dedo mayor y, cuando la encuentro, empiezo a darle estímulo, ahí el estímulo es siempre suave como me gusta darlo, nada de brutalidad con los órganos internos, a menos que sea un caso especial, y siempre la paja acompañando con la otra mano. Esa es mi receta. Pero él me pide por favor que o haga una cosa o la otra, no las dos a la vez, porque lo voy a hacer acabar. Igual cada tanto vuelvo a hacerle la paja, manteniéndole la estimulación en la próstata, porque no quiero que se le baje la erección. "Quiero que me la chupes" me pide en un momento. No haría falta que la aclare que no me acabe en la boca, porque lo viene leyendo todos los relatos, pero igual se lo aclaro y me pongo a chupársela. Es una buena mamada. Larga y a buen ritmo. Linda cadencia. Nada frenético. Hago algo que nunca hice y que se me ocurre a partir de mi cansancio físico, que es cuando el sube la pelvis contra mira y la mantiene así en alto, yo relajo todo el tronco y dejo apoyarse todo mi peso muerto sobre su pubis, con la pija clavada en la boca, así la pija hace una presión extra contra la parte de atrás, junto a la garganta, cuando se cansa y apoya la pelvis, yo vuelvo a retomar la cadencia de antes. Esto de resultarle placentero, porque me lo hace repetir varias veces. Estamos así un rato largo, hasta considero necesario volver a su próstata, que tanto placer le daba, así que retomo la primera posición, dedo en próstata y la otra mano en su paja. El mira, lamentándose, "me vas a hacer acabar y yo quiero cojerte". "Querés cojerme?". "Sí". "Bueno" obedezco. Me limpio las manos y procedo a la ceremonia de puesta del forro. Primero gel sobre la zona del frenillo y masaje en todo el tronco. Luego el forro. Y después más gel encima del látex, para protegerlo de roturas. Yo niego con la cabeza, "no está muy dura, no sé si me la vas a poder meter". Igual me pongo de espaldas en cuclillas a él y me encajo la punta en el ano. Presiono. "Está muy floja, no va a entrar" le repito. Pero él la empuja, así blanda y todo, con su pulgar, para que entre. Y, miren ustedes lo que es la técnica, entra. Yo lo empiezo a cabalgar, que esta postura a mí me permite buena cabalgata, y él se ayuda con los pulgares para que la pija se mantenga dentro del ano. No la siento muy parada dentro mío, pero la siento dentro, así que me sigo moviendo, a ver si logramos hacer que se pare así. "Dejame moverme a mí, quiero verte, ponete en cuatro" me dice, cansado. Para cambiar de posición es todo un problema mecánico, porque yo no quiero que la saque, porque si la saca así de blanda, olvidate de que la pueda volver a meter. Así que tengo que pensar un poco, la manera de que pueda dejar de estar recostado debajo mío, para quedar incorporado detrás, sin sacar la pija de adentro de mi culo. Finalmente lo guío a través de la flexión de sus rodillas primero, para que haga pie en el piso debajo, mientras yo estiro mis brazos hacia atrás (recuerden que estoy de espaldas), para ayudarlo a tomar el envión para incorporarse sin mover la pelvis, mientras yo pliego mis piernas debajo de mi cola. Lo logramos. Soy un as de la biomecánica para estas cosas, recuerdos de mi vida pasada como personal trainer. El me termina de acomodar una pierna, para que le quede cómodo el espacio y me empieza a dar golpes con la pelvis sobre la cola, su pija dentro mío, yo me pongo firme para darle la mejor resistencia posible. Un punto fijo de referencia en mi culo, para los movimientos de su pija. En uno de esos golpes de pelvis, se le sale la pija, y ya está demasiado blanda para volver a meterla. Así que se saca el forro, se para encima mío, haciéndose la paja sobre mi cara, y yo le manipulo el culo con un pulgar, hasta que acaba, chorreándome todo el cuello con su leche.

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