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Mostrando las entradas de octubre, 2022

Furor anal

Vengo con el ano cebado, desde el último garche. Un furor anal. Hoy a un chabón que vino, cuando veía que tenía la pija re bien parada, re dura, ya no sabía cómo sugerirle que, si quería, podía ponérmela. Él no quería ponérmela. Yo quería que me la pusiera. Él quería que le hiciera el pete, nada más. Medio que le pareció demasiado lo de garcharme. Le dije que no se calentara, que era yo que estaba con este furor anal, porque me habían pegado flor de cojida y quería seguirla. Hay días así, en los que la cola ya está caliente y no hay que remontarla tanto. Y a mí esta otra cojida me dejó con unas ganas de pija en la cola, que serían un tormento, si no las considerara una bendición. Porque es resultado de que haya cojido tan bien con la cola que quiero repetirlo para ver si me sigue saliendo así de bien. Pero bueno, el pibe este vino para otra cosa, más tranqui, nunca antes me garchó, me dice, y eso que ha venido durante mucho tiempo, pero todo ha quedado siempre en pete, me dice. Vino mu...

Lujuria anal

Él me muestra el departamento, un monoambiente sórdido en San Telmo, y me dice "acá puedo estar en bolas sin que nadie me vea". A mí él me repugna, lo encuentro demasiado afeminado. Suspiro y me empiezo a desvestir, como quien se tira a la pileta. Acá empiezo a aplicar las cosas que he aprendido en los últimos encuentros. Uno siempre aprende algo con cada garche, si sabe atender. Me quedo en tetas, él, que me estaba ofreciendo un mate, lo apoya en una mesa mugrienta y se apresura a sacarse también la remera. Yo estoy ansioso por cambiar la energía del encuentro, olvidarme de que no me gusta. Me decido a comandar la situación, le agarro las manos y se las llevo a mis tetas. Tocame ahí, le digo, en los pezones, sí, así. Me empiezo a calentar en cosa de segundos. No me gusta su cuerpo, pero me gusta mi cuerpo bajo sus manos. Eso está logrando que me excita. La pija se me está parando en el pantalón, quiero liberarla también. Me suelto y le pido permiso para sacarme el resto de l...

El culo duro.

Cuando le hago el masaje hay veces en que noto su mirada sobre mí, con los ojos brillantes y una sonrisa que le amaga en la boca. Ha estado leyendo mis relatos y esta era una fantasía a cumplir, me dijo. Andá a saber qué imágenes conjura en su mente, que le hacen torcer así la boca, con esa sonrisa. Sabe que el momento en que me empiece a tocar los pezones va a marcar la transición en que paso a ser el puto de los relatos, le noto las ganas de tocarme y que solamente espera una señal para hacerlo. A mí me cuesta concentrarme en el masaje, sabiendo de su expectativa, pero finalmente llego al momento en que le agarro las manos y me las pongo sobre las tetas. Mi transformación la siento instantánea. En un segundo me vuelvo el puto esperado. No sé qué pasará en mi rostro, pero sí veo qué pasa en el suyo y es asombroso. Con él sucede un caso inverso al de tantos héteros que, cuando se cae la máscara de la vida social y comienza el sexo, revelando los verdaderos rostros de las personas, saca...

Dilatación anal

Joven casado, su esposa no le pone demasiadas ganas a la exploración de su cola, cuando él se lo pide. Así que ha empezado a explorar él, pero por fuera de su matrimonio. Ya tiene bastante experiencia, varios amantes fijos y sabe que le gustan las cross. Para llegar hasta acá, tuvo que dar vueltas con el auto, estacionar lejos y caminar un par de cuadras entre las trabas, que lo llenaron de piropos. Nunca le habían dicho tantas cosas, me dijo con los ojos brillosos cuando entró. Estaba encantado, y yo entiendo a las travestis, era un morocho re comible. Él también tieneun objetivo que le interesa cumplir: la dilatación anal, me lo dice mientras lo tengo de espaldas y le masajeo los glúteos, viéndole la estrellita negra del ano. La pija también la tiene negra, pero la cola es lo mejor de todo, tiene ese culito africano, bien firme y redondo, que sólo los tienen esos genes privilegiados. Le pido que se ponga boca arriba, para trabajarle la dilatación anal con la pija parada. Ya la tiene ...

Atleta campeón

Me trataba de forma brusca. No pensé que quisiera sexo. Me hablaba de sus títulos de campeonato y los problemas que el entrenamiento duro le habían generado. Cuando terminé de darle la vuelta al cuerpo, le dije "bueno, acá terminó el masaje, si querés seguimos". Se quedó callado un momento y luego dijo, con los ojos cerrados, "yo estoy bárbaro". Así que supuse que quería terminarla ahí, pero no se movió y yo estaba, en parte, debajo suyo, con sus dos muslos, gigantes y re pesados, encima de mis piernas cruzadas, inmovilizándome. Respiré profundo y decidí quedarme quieto unos momentos más, para no molestarle el relax. Él se agarró la pija, fláccida, acomodándosela y se tapó la cara con un brazo, sin propósito de moverse más. "Muy exótico el masaje que me diste, nunca había tomado uno así". Le tomé la pija con suavidad mientras le contestaba "son masajes que vienen del yoga, no te debés haber juntado con mucha gente del palo, porque todos hacemos más o ...

Los bordes del ano

Teníamos sólo media hora. "En media hora tenés que atender a otro tipo?" me preguntó. "No, en una hora, pero antes tengo que bañarme, a vos te gustaría que yo te recibiera con el olor del tipo que vino antes?. "No no...", se apresuró a afirmar. Él estaba agitado, muy apurado por sacarse toda la ropa. "Me puedo poner cómodo?" y ya se estaba sacando la ropa. Me miró con cara de interrogación ansiosa, la pija la tenía haciendo carpa hacia arriba debajo del slip. "Sacate el calzoncillo, también, si querés". Cuando se lo sacó la tenía bastante gorda y se le escaban los brazos para tocarme. El chabón venía tan alzado que yo también me excité de verlo así, y medio que se me empezó a parar, pero él no le hizo caso a mi pija hasta que le bajó la erección y recién ahí me la empezó a tocar, mientras le hacía masajes en el cuello. Muy bien me la tocaba, pequeños tocas en el tronco y en los huevos, que me la iba parando más. El tipo era un obrero en seri...

Viejito sádico

Re dulce parecía el viejito. Vivía en un duplex re lindo, por Caballito. Lleno de imágenes religiosas, todas de muy buen gusto. Parecía cura, pero me dijo que se dedicaba al turismo de alta gama. Desde que me abrió en la puerta se notaba que se le iban las manos encima mío, de las ganas de tocarme. Durante el masaje me doraba la píldora, me decía, por ejemplo, como no sos un pendejo se nota tu experiencia, se vé que vos sí sabés lo que estás haciendo, te elegí porque cuando te llamé podías mantener un diálogo, parecés una buena persona, hasta si estaba casado me preguntó el turro. El garche lo arranqué despacio, le dije lo que suelo decir, es importante la conexión y le indiqué mi punto sensible, que son los pezones, siempre, aunque últimamente vengo percibiendo cada vez más con los bordes del ano, que tan maltratado lo tengo, pobre, el rotito, mi ideal imposible es un tipo con varios brazos, un dios hindú que me pudiera acariciar los pezones y el ano al mismo tiempo. ¿Por qué me dejo ...

HETERO Y PUTO

No hace falta que me diga que no se coje putos, se le nota. En un principio sólo se desnuda los pies, y cuando se saca toda la ropa lo hace como quien toma una decisión rápida y se tira a la pileta sin pensarlo más. Cuando le masajeo los pies observo que su respiración, si bien baja, es agitada. Está nervioso. Yo le masajeo los pies más lentamente, para ayudarlo a tranquilizarse. Estoy un buen rato haciéndolo. Termino los pies y le toco las manos, ahí noto que su pija se hincha algo, es mi señal, me acomodo y se la tomo con delicadeza y le voy dando movilidad para que se despliegue, en esa forma encantadora en que lo hacen las pijas, como un telescopio. Le doy golpecitos a lo largo del tronco para que se afirme la erección. Y luego me la meto en la boca. Se perfumó bocha. Es joven y muy peludo. Bien viril. La pija es bonita, de tamaño estandard, me entra bien en la boca y, cuando voy hasta el fondo la siento rozarme la garganta. Me la saco un momento para decirle que, si quiere hacer a...

Pija negra

Debe tener algún antepasado africano, porque algo en su su adn hizo que su pija sea totalmente negra, y gorda y grande. Es lo que acá llaman dotado, pero nunca se refirió a él mismo así. Ya ha venido varias veces conmigo. La primera vez que vino me dijo que era la primera vez que estaba no sólo con un prostituto, sino también con un hombre. Desde entonces han pasado varios meses y todo indica que me ha incorporado dentro de sus rutinas mensuales. No sólo porque pegamos onda, también porque entrena dura y se dio cuenta que le hacen bien los masajes. Hoy su llamado fue como caído del cielo, porque a mí la sed de pija no me estaba dejando pensar. Hacía tiempo que no me pasaba, pero como no soy de encarar, tenía que esperar que alguien me llamara. Cuando llegó el momento de tocarle la pija lo hice con un bocha de cariño, con toques suaves, para disfrutar cómo se ponía gorda de a poco. Me gusta mucho ver cómo se va poniendo gorda una pija, es de las cosas que me dan paz. Cuando estuvo bien ...