LA PIJA DE CONAN 6 de diámetro

Hace mucho que no escribo, aunque he tenido mucha pija. Mucha pija por la cola también. Pensé que la tenía re clara, que ya me podía bancar lo que viniera. Las pijas más grandes. Sentirlas adentro de la cola bien abierta y entregarme. Sí, eso quería. Hoy eso me fue concedido y me tomó de sorpesa. Cuando lo vi en la puerta perdí el aliento y no lo volví a recuperar hasta que se fue. Puede que suene exagerado, pero era cierto, o quizás fue la sorpresa. El tipo parecía venido de otro planeta, de gente superior a mí, ya de entrada me llevaba como 15 centímetros. La diferencia de tamaño entre los dos me dejaba rendido de entrada. No había manera de no sentirme menos hombre que él. Encima re amable, con buena onda. Yo ahí ya no tenía aliento, y empecé a hablar compulsivamente, sin respirar bien, de manera torpe y atolondrada. Le hablaba sobre masajes, quería que me hablara. Siempre busco un contacto físico informal a partir de la puerta, pero acá me sentía tan intimidado por él que no sabía cómo. Perdí el control y mi cerebro quedó reducido al del chico de 15 años que soñaba con un hombre así, ya sé que soy una milf reventada, pero me vino el recuerdo de los cuentos de Conan, no la peli de fisiculturistas, sino los cuentos de Conan, cuando yo era un nene de 12 empecé a tocarme la colita pensando que me escapaba con Conan. Al cuento siguiente las chicas ya no estaban, eran intercambiables. Los putos somos algo así para los hombres, nos agarran, nos usan y nos descartan, más que a cualquier mujer. Lo tomo con orgullo. Y me hago cargo, tiene sus cosas buenas. Cuántas vueltas, perdón, la hago corta: el chabón tenía un pijón demencial. No le pude hacer nada de lo grande que era. No me entraba en la garganta y no había manera de que mis dientes no le molestaran en la base de la pija, no alcanzaba a desencajar mis mandíbulas para que pasara tanta verga. Lo intenté un par de veces, imaginaba que era como uno de los reptiles de V invasión y que me abría para que pasara ese pedazo tremendo de carne, pero el terminaba poniendo sus dedos bajo mis dientes, para que no le presionaran la chota. Era muy gruesa. 6 de diámetro. Lo sé porque tengo un amigo que es igual y siempre me dice, 6 es el máximo grosor. Para empeorar las cosas, yo no había recuperado el aliento. Y para hacer una buena mamada tenés que respirar bien. Ahí yo ya me había dado cuenta que había perdido la cabeza. Pobre chabón, la verdad, se merecía que hubiera estado en la mejor situación para complacerlo. Encima era lector de mis relatos. Yo me la pasé hablando de masajes desde que llegamos y, cuando lo tuve desnudo frente a mí, con ese pijazo que ya estaba gomoso, me incliné a tomarle las manos y el me las agarró y me las llevó hacia arriba, y en cuanto agarré su pija, fué a buscarme los pezones. Sabía a lo que venía y lo tenía cuando lo quería. Igualmente, yo soy muy literal, así que antes le dije, vos no querés un masaje, vos queré que te chupe la pija. Me lo quedé mirando, soy tan bobo, pero necesitaba su confirmación. Se rió y me dijo que sí. Cuando agarré su pija y empezó a crecerme en las manos al toque, porque él venía re caliente, yo volví a sentir que no tenía aliento y que se me nublaba la cabeza. El glande era más grueso que el tronco, lo veía y juro que me hizo temblar un poco. Antes de abrir la boca se lo tuve que decir, sos el sueño de todo puto. No sé bien qué me dijo, yo estaba aturdido por la mala respiración, no fue una orden, porque recordaría haberle obedecido, él seguramente estaba esperando que me la metiera en la boca, porque qué podés estar esperando sino, cuando tu pija la tenés parada en las manos del trolo del que leíste mil guarradas. Me comporté como un atolondrado, no hablaba la puta vieja de Constitución, hablaba el pajerito de 12 años, pero bueno, abrí esta boca de puta vieja y me calcé la poronga en la boca. Tremenda. Uno piensa que si abre los labios abre la boca y que eso es lo más grande que podés abrir, pero no, podés abrir hasta los dientes, hasta lo máximo que podés retraer tus dientes, y encima quedan tus labios estirados sobre la garcha. 6 centímetros de diámetro se sienten así. Él dominaba siempre la situación, no sé si porque yo perdí la cabeza al principio y nunca la recuperé, o porque le salía del alma dominarme. En tanto que la cabeza de su chota se estuviera encastrando en mi boca estaba todo bien, me repetía yo a mí mismo, y cerraba los ojos y me dejaba guiar por su mano. Pero sé que no se la chupé tan bien como otros. Fui torpe como una virgen. Como si fuera la primerísima vez. El tipo me daba órdenes precisas, que le chupara los huevos, el tronco de la pija, yo se la agarraba, le recorría el troncho con la lengua y después me sopapeaba la cara. Hicimos un video. Después lo subo. En el video se ve bien qué puedo hacer y qué no con una pija de ese tamaño. Ahora que lo veo no me parece que lo hiciera tan mal. Al principio se nota que quiero mirar a cámara mientras la chupo, que ya hice un par de videos así, pero a los pocos segundo me doy cuenta de que no puedo levantar la mirada y meterme semejante chota en la boca al mismo tiempo, así que tengo que bajar la vista y concentrarme en atenderla. Está grabado ese momento en que soy humillado por esta pija. Ahí me concentro y es donde digo que es lo mejor que puedo hacer, hasta ahora, con una pija así. Se puede ver cómo los labios hacen ese efecto de arrastre sobre la chota. También le lamo el troncho, que era algo que él me había pedido y lo sopapeo contra mi cara, contra mi frente, ahí se nota que la diferencia de proporción es grande, comparando la cabeza de esa chota con mis ojos. Yo con los ojos cerrados, entregadísimo, me voy enrojeciendo por la mala respiración, igual él, en un momento, y esto no está grabado, entendí que me dijo que no me esforzara tanto. Si yo no hubiera estado tan agitado por la impresión lo hubiera hecho mejor. Y es que yo seguía agitado por esta inquietud infantil de complacerlo que impedía, justamente, que lo complaciera todo lo que pensaba que podía hacerlo. Soy una boluda, cómo pierdo así la cabeza! qué débil la tengo frente a un hombre! Cómo me gusta la pija! Como sabía que problebemente hubiera leído mis historias de garganta profunda, se lo propuse aunque, le aclaré, no sabía si eso me iba a entrar por la garganta. Ha entrado en otras, me confirmó. Me lo decía con una sonrisa, agarrándose la nuca. Tenía rasgos de hombre, firmes y grandes, como le gustan a una mujer. Me corrió la tanga y empezó a tantearme la cola. Me dio taquicardia pensar que eso era porque quería metérmela por ahí. Dios santo de todos los putos, pensé, mientras habría la boca pero desde la posición invertida para que enfilara hasta la garganta. Pero no entró. Estaba el problema de que la cabeza no pasaba el esfinter de la garganta, pero yo creo que un poco más de puerteo ahí, la chota hubiera encontrado la manera de entrar, aunque nunca nada tan grande había entrado, y también, el inconveniente más importante, el de mis dientes sobre la base de la pija, que fue lo insalvable. Mientras luchaba por estar a la altura de las circunstancias con mi boca, el me tanteaba la cola, en un momento le pedí que lo hiciera con más amor, es decir con más suavidad, que es algo que siempre digo, porque es mejor para la dilatación, pero me sentí medio un insolente, quién era yo para decirle eso a un hombre así. El acto mismo de entrega de un puto al hombre que lo va a garchar, es el de entrega de la voluntad hacia alguien superior que lo posee. Esta es la felicidad sexual del puto, al menos de uno de los tipos de puto. Los que son como yo. Los reventados. Y que a un reventado como a mí no me entrara esa pija, qué humillante. Se lo dije. Se lo dije cuando tampoco me entró por la cola. Menos mal que eso no le pedí que lo grabara. También creo que con un poco más de puerteo hubiera pasado, pero él no tenía tiempo para estas tonterías. Empujó y empujó y yo empecé a ver las estrellas. Le rogué que me diera un poco de tiempo para abrirme, que me movía yo un poco. El se quedaba quieto con la cabeza de esa chota que sentía me iba a desgarrar la cola y yo empezaba a mover las caderas, pero él seguía empujando siempre, no queriendo ceder nada de espacio y siempre empujando fuerte dentro mío. Los movimientos que hacía con mi cola no podían compensar el empuje de la chota hacia adentro. Despacio, despacio, le decía. El la sacó y yo respiré un poco, mi respiración ahí estaba enloquecida, mi cabeza descontrolada, lo quería complacer, le miré la pija y vi que el forro estaba un poco sucio en la punta, algo que no me suele pasar, pero cuando se lo dije me ignoró, me la enfiló de vuelta por la cola y ahí entró más, la cola se había ablandado, y volvío a hacer fuerza hacia adentro. Pero nunca hasta el fondo, la pija esa tenía que seguir abriéndose camino por mi cola, como si nunca antes me hubieran garchado. Y estos días venían de garcharme parejo, lo juro por la gran puta. Y yo creo que hubiera entrado hasta los huevos, de haber me seguido dado presión, yo hubiera terminado lastimado, posiblemente, recuerdo levantar la cola para ayudarlo, no sé cuánto lo podía mantener, hasta que, otra vez, se cansó del esfuerzo, se paró tiró el forro a la mierda y me pidió que se la chupara hasta hacerlo acabar. Yo le propuse otro video, con él acabándome en la cara. Le gustó. Yo vengo haciendo esos videos de mi cara wasqueada. Me ha producido mucho placer saber que podrían hacerse virales y que me reconozcan en la calle. No creo que pase. Hay miles de videos así de todas las partes del mundo. Pero saber que está la posibilidad de que me reconozcan como el puto que soy me hace sentir bien desde la infamia. Orgulloso de poner mi cara a la leche, saben? Cuando publiqué el primer video con mi cara fue como desnudarme ante el mundo otra vez, primero vergüenza y después coraje por hacerme cargo, con la frente alta y bukakeada. Caminaba más erguido por la calle. El video del lechazo me encanta cómo quedó. Él mismo, que lo grabó, me dijo, mientras se iba, "fijate el video, que quedó muy bueno". Ahí se ve cómo el está parado sobre mí, haciéndose la paja encima de mi cara, mientras yo le chupo los huevos, y cuando me avisa que sale la leche pongo la jeta y van saliendo los chorros espesos que chorrean encima de la frente y uno de los ojos, y luego la nariz y la boca, se escuchan sus gemidos. Se ve que yo empiezo a sonreír, porque sentía el olor a leche fresca que me chorreaba. Nunca había sentido el olor a leche tan cerca mío, claro, si me chorreaba de la nariz, por eso sonreía. Esa imagen resume la felicidad del puto, o al menos de los putos como yo. Nunca le pregunté si también había visto los videos anteriores, porque el plano se parecía a uno que hizo otro chico hace poco, donde por detrás de mi cabeza (llena de pija) se veía la espalda hasta la tanguita allá abajo. Me gusta la posibilidad de que la haya visto y que la haya filmado así por eso. Que vean los videos y quieran repetir tal o cual cosa era algo que no había pensado que pudiera pasar. Como viene sucediendo con los relatos. En cámara hago cosas que sin cámara no, como esto de acabar en la cara. Perdón la longitud de esto, estoy afectado. Posiblemente este señor no venga más, los putos, como decía al principio de las mujeres en los relatos de Conan, somos, para ellos, cosas de usar y tirar. Ya lo sé y no me quejo. Podría ser un amigo también, pero no sé si un hombre puede ser amigo de un puto así, encima que no se la banca entera ni por la boca ni por la cola. Para él seguramente fue un desastre todo. Además, soy tan bobo, le besé las zapatillas cuando se iba. Estas cosas asustan a la gente. Al menos quedan los videos, que les comparto. Aunque hubiera querido estar a la altura de su chota, prepararme un rato antes con algo adentro de la cola para que me dilatara. Siempre se puede pensar algo para que el hombre no tenga que trabajar tanto al momento de hacer un culo. El recuerdo de que algo así existe me va a ayudar a servir a los demás por un tiempo, a no creérmela tanto y ser un alumno humilde de la chota.

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