Una pija demasiado grande
Para el buen puto no hay pija demasiado grande. Y eso es una cuestión de honor. Un buen puto tiene que poder recibir los pedazos más importantes sin demasiado esfuerzo y hasta con placer. A mí me gusta considerarme un buen puto, y que mi aporte a la comunidad es facilitarle a los chabones una buena descarga. Así los tipos quedan más relajados y el nivel de violencia en la sociedad baja un poco. No voy a terminar con las guerras, ofreciéndole mi culo al pueblo, pero sí hacer que un par de encuentros familiares o laborales sean más relajados que de costumbre. Y así siento que tiene algún sentido que dios me haya hecho así de puto. Por eso es que quedé tan mal después de no poder comerme esta pija. Una pija bien grande. De esas que dan bien las fotos. Gruesa hasta la impresión. Además, era una pija que ya me había garchado. Tengo un relato de esa vez, creo que se llama Pánico anal. Bien puesto el nombre, porque es lo que sentí aquella vez en que sí me había entrado. Pánico. Pero un pánico feliz, se entiende. Por eso quería repetir. Porque entre aquella vez y esta, yo había descubierto un par de cosas acerca de mi cuerpo que quería probar con esa pija en particular. Tan grande. Quería probar que me penetrara con esa pija tremenda, estando yo excitado y así tener ese extra de dilatación que me había hecho empezar a disfrutar en serio el acto de recibir pijas por el culo. No porque antes estuviera mal que me garcharan, para un puto siempre es un honor el hecho mismo de entregar la cola a esa encarnación misma de la superioridad del varón que es una pija parada, pero ahora que descubrí que puedo disfrutar físicamente el momento en que siento cómo la pija se va abriendo paso en mi cola, quería sentir la diferencia con esa pija tan tremenda que ya me había garchado. Es más, lo invité yo al tipo, que es algo que no hago por lo general. Y es que habíamos tenido un re buen polvo antes, y eso que yo no estaba excitado cuando me la había puesto entonces. Era todo vocación de servicio. Pero no me entró. La concha de la lora. Ni siquiera me entró la cabeza. Primero probé de yo sentarme encima. Luego parados contra la pared, y ahí el chabón la encajó sobre el agujero del culo y empezó a hacer presión. Pero no pasaba, la puta madre. No pasaba. Ni siquiera entró la cabeza. Si hubiera entrado la cabeza al menos, pero ni siquiera la cabeza entró. Y claro, a esa altura de la frustración por mi cola, de la frustración por no poder superar la desproporción entre lo grande de su pija y lo estrecho de mi cola, mi excitación se había ido a la mierda. "Dale, puto, cométela" me decía el chabón "si te debés haber comido cada pija". Y sí, me comí cada pija, que yo tampoco podía creerlo que ahora no se me abriera la cola. Me había comido su pija, para empezar. Misterios de mi culo. Ahora en frío me pongo a hacer un balance de por qué pasó eso. Qué es lo que estuvo mal. Quizás haya estado mal que yo fuera el que lo invitara. Ahí ya me salí del rol pasivo, del puto que espera que sea el macho que venga con la pija en la mano a que lo sirva. El puto no tiene que desear, puede que haya sido eso. Pero no sé, porque que yo, como puto, esté encendido, hace que el hombre la pase mucho mejor. Si yo hubiera estado realmente encendido, esa cola se hubiera abierto sin problema. Quizás me apuré y no conecté bien, ni con el tipo, ni conmigo mismo. Quizás me puse muy cerebral. El chabón venía con la idea de que iba a ligar un masaje de arriba y yo lo que quería era garchar. Es que yo tenía tantas ganas de pija que, en cuanto se puso en pelotas y vi lo grande que la tenía, incluso cuando estaba fláccida, no me pude contener y se la agarré al toque para hacerle un pete. El pete, al menos, estuvo bien. Mis petes casi siempre están bien. Los fijos que vienen seguido, vienen por los petes, es lo que me piden, la boca. Soy yo, ahora, que estoy pasando por una fase más anal, pero porque quiero dar tanto gusto por la cola como lo doy por la boca, y para hacer eso tengo que estar excitado, ahí me doy cuenta de que es así cuando en mi cola la llegan a pasar aún mejor que en mi boca. Yo lo que quiero es mejorar como puto. Eso es lo que quiero. Ser más completo como puto. Ayer, cuando todo se había desmadrado, ya no me importaba que me la metiera sin yo sentir ningún placer, con el culo cerrado, era mi cabeza la que quería forzar a mi cuerpo, por una cuestión de principios. Si la pija hubiera sido menos monstruosamente gruesa, seguro hubiera entrado. O si le hubiéramos puesto más gel, o si el chabón hubiera sido un poco menos caballero y no le hubiera importado desgarrarme. Creo que la falta más importante es la de haberme desubicado yo y poner mi placer como una condición del goce del otro. Porque el tipo se hubiera quedado re pancho con el pete. La estaba pasando bien con el pete. Fui yo el que insistí en que me la pusiera. Y eso que yo no estaba tan excitado tampoco, pero me había puesto esa meta y quería cumplirla. No es que no me importó el goce del otro, sino que ni siquiera me importó el mío. Porque yo la paso re bien con una pija en la boca. Me debería haber quedado en el pete cuando me daba cuenta que yo no me encendía lo suficiente para intentar la anal. Y un pete lo puedo hacer hasta dormido. Y al pete volvimos cuando ya el tipo se cansó de intentarlo por la cola y después me decía que él la había pasado re bien con el pete, pero no sé hasta qué punto creerle. A mí la frustración sexual me tuvo alterado todo el día, como una fiebre que no me dejaba pensar. Una suerte que no se presentara ningún tipo más esa tarde, porque yo estaba muy autodestructivo y me hubiera dejado someter de maneras que me hubieran lastimado. Lastimado la cola. Creo que lo que pasa es que hace mucho que no me la ponen y el culo también se cerró demasiado. Tengo que volver a recibir pijas en el ano, habilitar la cola seguido, antes de poder encarar un vergón así otra vez. Y resignarme por un tiempo a no gozar por la cola cuando me la pongan, sino mandarlas con mucho gel y que se desfoguen ellos. Y yo voy a poner la cola firme para que la pueden penetrar tranquilos, y no imponerles a los otros que yo, como puto, también goce. Así quizás deje de sentirme culpable por haberle fallado a este pijón. Tengo que tenerle más respeto a la pija. Ese es mi lugar.
Tal cual , asi es
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