Exorcismo de leche
El seguridad ya se estaba poniendo denso con sus reclamos. Me la pasaba enviando mensajes para pasar. Y yo que no podía. Pero no podía en serio, no es que no lo quisiera recibir. El pibe me toca re bien. Pero el chabón, como le seguía diciendo que no iba a estar, se me ponía cargoso. En un momento me manda un mensaje en el que pregunta qué onda, si ya no quería chupársela, y toda con errores de tipeo, como quien escribe apurado y en un impulso. Me estás haciendo una escena, rescatate, le mensajeo yo de vuelta. Ahí baja 1 cambio: jaja, no, amigo, tranqui, preguntaba. Le digo que puede pasar temprano a la mañana, a la vuelta de su laburo. Y que a las 7 y media tiene que irse, porque a las 8 estoy recibiendo a un tipo. El tipo de las 8 tiene una de las japis más gruesas de mis últimos 100 polvos, así que el precalentamiento me va a venir bien, porque la vez pasada que vino, el de las 8, digo, me abrió en canal con la pija, así q el amase previo va estar muy bien. Una previa a la gran pija. El seguridad tiene una pija de mediana para abajo, si se pone las pilas y me garcha bien, es una buena abrecolas. Al principio me re garchaba el pendejo este de seguridad, cuando flasheaba la cabeza de que yo le hubiera dado derechos de polvo. Me acuerdo la primera vez q vino, por un anuncio de masajes de alguna de esas páginas donde publico, y me preguntaba si yo podía hacerlo de onda si con alguno me empezaban a pasar cosas. Qué pregunta. A mí me pasan cosas todo el tiempo, lo q pasa es q me ubico y no digo nada. Los chabones que vienen conmigo tiene su vida armada, yo no puedo llamar, es una de las reglas de juego. Otra cosa es que tenga un diario erótico, pero ahí están irreconocibles. Evito marcas personales. De este me la paso escribiendo, porque ya pasaron como seis años y el chabón sigue viniendo. Y yo, que en el relato anterior, el del gordito k, me quejaba de ser siempre descartado, me debería hacer cargo de que a veces hablo por hablar. Pensás como una minita me había dicho el goridto k, el del faso. Estaré pasando por una etapa minita, puede ser. Debe ser desde que empecé a gozar en serio por la cola, que soy menos robot y me gusta imponerle onda y no sólo deber a mi cola. O quizás es que ya no sea tanto sólo por servicio. Desde que aprendí a gozar. Y este pibe, el seguridad, tiene todo que ver con que yo goce. Porque es el que me encontró los puntos erógenos. Pasó de no calentarme casi nada estar con él, a que me ponga en el cielo cuando me toca. Y ahora también se puso re lindo. Porque hubo un momento en que lo traicionó la panza. Pero desde que se volvió a separar de la mujer que se puso las pilas, volvió a entrenar y su metro noventa se luce re lindo, todo en pelotas en la cocina, sentado sobre un banco alto. Yo me estoy por sentar en un banquito bajo para chupársela, pero me saco toda la ropa antes, porque quiero que me toque. Me encanta, soy re superficial, pero veo a un tipo lindo sentado en pelotas en mi cocina y se me hace agua la chocha. Se saca también las medias y le noto los arcos de los pies bien formados. Se los besaría, pero a él le desconcierta un poco mi fetiche con los pies, así que le agarro los brazos y le llevo las manos hasta mis pezones. Vení, tocame las tetas, le digo y le agarro la pija, que ya la tiene parada y lo empiezo a pajear. En cuanto siento sus manos en las tetas, se me nubla la vista de gusto, "qué bien que me tocás, cómo no voy a querer verte, con lo bien que me tocás". El pibe se sonríe, le gusta que se lo diga. Tocame vos también, me pide, agitado. Y es que él también tiene un punto erógeno en las tetas. Así que le empiezo a chupar un pezón sí y el otro no, porque lo tiene hundido todavía. Está tan lindo el pendejo y me toca tan bien el cuerpo, que se me re para y con mi pija así de parada, el pendejo me suelta una teta para agarrarme la garcha, y yo ahí ya se la quiero chupar. Nos vamos a al sofá, el encima y yo sentado en el piso. Es lo mejor para chupar, sentarse en el piso entre las piernas del macho. Ya lo deben saber. La pija del chabón me queda a la altura justo de la cabeza y puedo darle garganta tranquilo sin que importe nada más. Sumale un poco de piel, como con el pibe este, y ya tenés un planazo. El pendejo me empieza a subir la cola, para que se la chupe. Para chuparle la cola nos vamos al piso, ya le vengo chupando la cola cada vez que viene. Es una cola que me gusta chupar, bien paradita, una forma re linda su cola. Su cola es mucho más porno que su pija. Yo sigo re excitado, le veo arquear la cola encima mío, cómo se le arman las lumbares y mientras le chupo bien la raja, le paso las manos por el cuerpo, a lo largo de la espalda, hasta su cuello y su cabeza, que la tengo metida entre mis propias piernas. Él me besa los huevos y el tronco de la pija, y esto me super excita, y también es la primera vez que él se anima a tanto con mi pija. Está con ganas de chupármela hace años, pero no se decide, nunca en su vida se chupó una pija y solamente a mí me la ha agarrado. Me ha dicho. Aunque a esta altura no sé si ya no se habrá agarrado varias más. Me hubiera encantado que me la chupara esta vez. Yo estaba al re palo. Estiré la piernas para que me sobresaliera más la pija. Pero tampoco se animó. Igual me encanta que sea así. El pibe este me encanta. Desde donde estoy acostado, abajo suyo, le veo el cuerpo desde esa perspectiva y sigue siendo un cuerpo magnífico. Como el de un caballo joven y oscuro, que transpira por la excitación. Me pide que me pare, así me apoya contra la pared y me pasa la pija contra cola, y juega con la cabecita sobre mi agujero, sin llegar a meterla. Después me pide que me arrodille y se la chupe arrodillado. Así, arrodillate como una minita, me pide, y yo me arrodillo como él dice que se arrodillan las minitas y le empiezo a dar le a la pija con mi boca, hasta que me avisa y yo, apenas me la saco de la boca, siento el chorro de leche que me exploga en la cara y después me va correando hacia abajo por el cuerpo. Muchísima leche. Un exorcismo de leche, para que venga más.
Comentarios
Publicar un comentario