FUTBOLISTA DOMINANTE

Hoy me despertó un santiagueño que viene siempre, para decirme si lo podía recibir en 40 minutos. Le dije que sí y me empecé a preparar. En el medio se comunicó también un policía, que quería pasar por primera vez, le dije que si esperaba un poco lo llamaba cuando se fuera el primero. Pero el primero no llegó nunca, el chanta me dejó recontra plantado y, mientras, al policía se le hizo tarde y ya no podía venir. Pero había aparecido un tercer pibe. Un pendejo que también quería pasar a la mañana y que yo estaba dejando para la tarde, por falta de tiempo. Así que le avisé que podía pasar si quería. Era un pendejo que ya había querido venir hace un tiempo, pero que no habíamos llegado a un arreglo, yo estaba más estricto por entonces, y él quería pichulearme una sesión completa de masajes con el vuelto de un colectivo, así que medio que le había cortado el rostro. Pero ahora, bueno, ahora me cambió un poco la cabeza, así que en cuanto le di pista, a la media hora lo tenía al pendejo tocándome el timbre. El pibe era increíblemente hot, tenía un cuerpazo. Pero un cuerpazo en serio, literal. Medía casi dos metros de puro músculo. En el ascensor me decía que tenía toda la espalda contracturada, lo toqué un poco entre los trapecios. Sí, sí, ahí, me decía. Y después le palpé la pija sobre el short, "esto también querés que te toque, no?". "Ufff, sí", me confirmó. En realidad fue lo único que le toqué, casi, porque una vez en la camilla, que le quedaba tan chica de tan grande que era, no me dejó hacerle los pies, porque le daba cosquillas, y a mí la verdad que me hubiera encantado hacerlo, porque bueno, tenía unos pies magníficos, mucho más grandes que toda mi cara, pero bueno, si le daban cosquillas no daba. Y cuando le dije que le podía hacer las piernas, él me cortó en seco, "haceme todo acá arriba, mejor" señalándose el pecho con una mano y tocándose el ganso con la otra. A la mierda el masaje. Por más que me había insistido por teléfono que quería los masajes tanto como el relax erótico, ahora que me tenía ahí se nota que el masaje ya no le importaba nada. Antes de acostarse ya me había acariciado la cola, imagino que también para compensar un poco que yo le hubiera tocado la pija en el ascensor, y demostrar que él tenía la iniciativa. Yo me quedé en suspensores y le mostré la cola, por si quería tocarla mejor así. El masaje medio que no fue, porque ya todo estaba marcado en clave sexual desde el principio."Vos lo que querés es que te toque la pija". "Y, si querés, yo no me opongo", me dijo, así que me acomodé bien debajo de sus piernas y empecé a darle golpecitos a la pija, para que se fuera parando. "Hay masajes para la pija?" me preguntaba. "Sí, claro, fijate cómo estoy dándole golpecitos para que se pare". Linda pija, proporcionada con el resto del cuerpo, con el largo suficiente para poder atragantarse si uno quería, y los huevos bien cargados, redondos, chicos y firmes. El pendejo estaba fuertísimo. Y re caliente, además. Yo ya estaba re excitado, sólo por tenerlo así, desnudo encima mío, y con esa onda tan sexualmente agresiva. Le empecé a hacer un pete, y con las manos le tocaba los pezones. Al toque la tuve durísima en la boca. Y en cuanto se excitó yo dejé de tener el control, porque el pibe quiso dominarlo todo. Me agarraba la cabeza y me marcaba el ritmo. Me decía "puta, chupá puta". Y me agarraba la cabeza y me daba con la pija hasta la garganta. "Ahora presioná con los labios, para que la sienta bien cuando entra". Y yo obedecía. "Ahora pasale la lengua por el tronco". Y yo obedecía, y el me agarraba la cabeza y la movía sobre la pija. Después se sentó y se molestó con que yo todavía tuviera puesto el suspensor. "Estás haciendo trampa" me dijo y me lo hizo sacar. Me quedé así en pija, y la tenía re parada, porque toda la situación de ser dominado así por este machazo me daba un morbo tremendo, así que me la agarró con una mano y me empezó a pajear, yo quise llevarle la otra mano suya a mis tetas, una mano tan grande como sus pies, pero medio que no le importó mucho. Él quería jugar sólo con sus reglas, las mías no le importaban, creo que por una cuestión de principios. Yo tenía que servirlo a él, y no él a mí. Se acostó otra vez, yo lo empecé a masajear con un toque de aceite y como vi que levantaba la cola, le pregunté si quería que lo tocara un poco en la cola también, "pero con aceite" me aclaró. Así que me puse aceite para tocarlo, pero mientras tanto él había perdido la erección, así que vuelta a hacerle pete hasta que se le volviera a parar y ahí, cuando me volvió a levantar la cola yo, en vez de tocársela con el guante, lo empujé de los huecos poplíteos, debajo de sus rodillas, para que levantara bien el sacro y empecé a chuparle la cola directamente. "Sí, sí, meteme la lengua en el culo" me daba órdenes que me confirmaba que la estaba pasando muy bien "qué buena chupada de culo". Me estoy dando cuenta de cómo me gusta chuparle el culo a los chonguitos que me calientan tanto. Esto no tiene nada que ver con que quiera garchármelos. No me los quiero garchar, bueno, me encantaría en realidad, si no fuera tan pasivo, porque siento que en algunos casos los complacería mejor si pudiera hacerlo, pero bueno, al menos les puedo chupar bien la cola, y es como una forma más de sometimiento o de adoración de su masculinidad. Ellos lo tienen que querer, y a mí me tienen que calentar mucho. Como era este caso. Que el pibe era el sueño húmedo de todo puto. Así que disfrutamos los dos un buen rato así y luego se la seguí chupando a la pija. Él se había quedado re caliente y se volvió a incorporar y se me quiso sentar encima de la pija, y quizás me lo hubiera podido garchar, pero con otros tiempos y otras reglas, porque no me hacía caso cuando yo le decía que si quería que se me parara bien la pija él tenía que tocarme las tetas con paciencia. Él tenía otros tiempos y no quería detenerse en complacerme, quería que yo lo complaciera a él como una puta. Y no dejaba de repetirme, puta, sos una puta, chupámela puta. Y bueno, yo se la chupaba, porque sí, soy una puta, tenía razón. Cómo te la comés, puta. Acabas de atender a otro? me preguntaba en un momento, se ve que le calentaba la idea. No, me dejaron plantado, le dije, aunque quizás debiera haberle mentido, si le jugaba a favor del morbo. Querés que te acabe en la boca? siguió. No, no me tomo la leche. Y dónde querés la leche, querés verme acabar sobre mi pancita, puta? querés ver toda mi leche ahí? Y sin esperar a que le dijera nada, acabó, bocha de leche, muy blanca, como correspondía a un chico sano y deportista como él. Después, cuando se iba, me preguntaba si venía mucha gente de la página, cuando yo le dije que sí, que bocha de chabones venían por la página, él se sorprendió, porque nunca enganchaba nada. Es que tu perfil es muy secuestro, le dije. Sin foto, sin demasiado explicación, quién imaginaría que hay semejante yeguo detrás?

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