Jefe pija gorda
La primera impresión, cuando le abrí la puerta, fue negativa. La foto de whatsapp era seguramente de su hijo, porque tenían la misma sonrisa franca y confiada, como el de que se sabe superior y no tiene que pedir que lo respeten, pero él ya era un tipo grande. Era grande en todos los sentidos, porque era bien alto, no sé si no llegaba al metro noventa. Laburaba por el barrio, un jefe técnico de algo complejo, y se tomaba el cuidado de su cuerpo muy en serio. Pero no con la onda gimnasio, sino deportiva. Y el cuerpo, la verdad, que lo tenía muy muy bien. Muy armonioso. Una armonía a lo grande. Porque era un tremendo cacho de macho. Era tan grande que yo, cuando me sentaba a sus pies para comenzar la sesión, quedaba prácticamente aplastado contra la pared por su tamaño. Mientras tomaba uno de sus pies en mis manos, que creo que era más grande que toda mi cara, se me hizo un vacío en el estómago al darme cuenta de qué tipo magnífico me estaba tocando esa mañana. A nivel físico, era un dios encarnado. Un cuerpo difícil de masajear, también, porque además de que era estructuralmente grande, tenía todos los músculos muy bien tonificados. Debería haberme dedicado dos horas a recorrer cada grupo muscular para hacerlo bien y dejarlo bien relajado. Pero el tipo no tenía mucho tiempo, se estaba escapando del laburo en una ventana horaria que le había aparecido. El tipo debía ser un jefe groso, de esos de los que sus subordinados no pueden prescindir, porque recién estaba subiendo por las pantorrillas cuando le sonó el teléfono y tuvo que atenderlo. En cuanto lo escuché ponerse a hablar, yo me puse a mirar con melancolía su erección que había empezado recién a manifestarse, y en cómo, hablando de trabajo, iba a drenársele toda la sangre y volver a estar fláccida en cuestión de minutos, mientras él siguiera dándoles instrucciones a sus inferiores. Así que mientras él explicaba sus recomendaciones yo le agarré la pija y me la metí, sin más, en la boca. Por un momento tuve miedo de haberme insolentado, porque él estaba hablando de laburo y eso lo podía desconcentrar, presté atención a ver si vacilaba en su charla, pero el tipo siguió hablando como si nada, re fresco, y la pija se me terminó de endurecer dentro de la boca. Así que seguí todo el rato que él hablaba, más confiado. Mientras la sentía crecer en la boca iba tomando verdadera noción de la dimensión de esa pija, porque, a simple vista, como era tan gruesa, parecía más corta de lo que en verdad era, pero, juzgando por la cantidad de pija que se me quedaba fuera de la boca, cuando el glande se me empezaba a trabar al fondo, era también bastante larga. Me llenaba la boca de carne esa pija. Puta madre de los putos, que estás en los cielos y que me hacés servir semejantes dioses que me llenan la boca de carne, bendita seas, que sigan llegando así. Renueva mi vocación de servicio el saber que hay hombres así. Detuve la mamada un toque para ofrecerle un masaje en la espalda, porque se iba a acabar el tiempo que él tenía disponible y no iba a haber podido ayudarlo con sus músculos. Si por mí hubiera sido, le hubiera dado una sesión larga, que estuviera a la altura de su superioridad, pero él no tenía tanto tiempo para perder conmigo. Así que le trabajé la espalda lo mejor que pude, disfrutando especialmente el momento en que dispuse su cuerpo encima mío, en una de las palancas del masaje hinduísta, y le pedí que soltara todo su peso, para trabajarle mejor la presión sobre los paravertebrales. Sentir todo el peso de su cuerpo encima me hizo feliz de una manera difícil de explicar. Gracias a la técnica yo podía sostenerlo, pero podía apreciar la solidez de su cuerpo aplastándome con sus superioridad, como un gran pie que me aplastara, o una gran pija que me sometiera. Cuánta felicidad física me daba, como puto, sentirme debajo de un macho así! Cómo me veía realizado materialmente en ese sometimiento! Más allá de todo lo que pudiera pensar, había ahí una conexión directa con un sustrato profundo de mi psique, que me hacía realizar como ser. Realizado en mi ser de puto, volcado al servicio de los hombres. Después del vértigo sexual, de esa embriaguez de los sentidos donde el tiempo se detiene, quizás pueda pensar otra cosa. Pero durante el tiempo sagrado del servicio, yo era el puto eterno, puesto sobre la tierra para someterse al hombre total, encarnado en este tipo. A veces pasa. Ojalá les pase también a ustedes, si son putos, una sensación tan diferente al pan con pan del grindr, y ojalá también les pase si son machos y alguna vez encuentran un puto que se les someta bajo su peso, porque van a experimentar una realidad profunda que revele el orden trascendente de los opuestos dentro del cosmos. Después volví a la mamada y el teléfono volvió a sonar, pero fue él ahí quien me dijo que se la siguiera mamando, porque con él estaba todo bien, que se podía concentrar igual. Así que tuvo su segunda charla de laburo mientras yo se la mamaba. Me quiso hacer un anal, también, porque en un momento le había deslizado que también se lo podía incluir en la sesión. Desde que aprendí que frotándome los pezones dilato bien la cola, tengo esta curiosidad de ser penetrado, para ver si le encuentro la vuelta a disfrutar plenamente cuando me la ponen y no sólo entregar la cola por deber, como lo hice hasta entonces. El chabón estaba bien predispuesto a tocarme las tetas mientras me la metía, así que todo iba sobre ruedas, pero cuando le quise poner un forro le quedó demasiado chico. Pésimo. Yo estaba seguro que me quedaban forros extra large, pero no pude encontrarlos. "Alguien más afortunado los aprovechó antes que vos" le dije, lamentándome. Él me la quería meter igual, pero el forro ese le quedaba de sombrero, le estrangulaba la pija por la mitad, era imposible que le llegara hasta la base y así, una de dos, o perdía la erección o el forro quedaba metido en mis tripas y la pija quedaba a pelo. Así que no pudo ser. Le juré y le volví a jurar que la próxima vez que viniera iba a tener forros extra large para recibirlo y le ofrecí una mega sobada con aceite para compensar. Me pidió si por favor podía comparar entre cómo se sentía la sobada en relación con la boca y prefirió que siguiera con la boca. Suspiró feliz cuando le volví a dar lengua "ah, sí, con la boca es mucho mejor!". Y no le costó mucho acabar. Bocha de leche. Ojalá vuelva. Ojalá.
Espectacular....me la hiciste poner dura. 🔥🔥🔥💧💧💧💧
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