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Mostrando las entradas de agosto, 2021

Pánico anal

No tenía ganas de laburar. Quería que me garcharan. Y que me garchara alguien que me gustara. El pibe este andaba cerca, lo conocía de antes y le di pista. Cayó con una valija, porque venía de lavar ropa en la casa de un amigo. Cosas de pendejos que viven solos. Venía dispuesto a que lo masajeara, me hizo olerle los pies para que sintiera que estaban limpios. Pero yo no quería laburar, en serio. No lo había dejado venir para eso. El chabón ya había flasheado con mis masajes, pero nunca me había garchado. Había sido uno de mis primeros clientes, yo todavía no estaba hecho a la idea de complementar el masaje con finales eróticos. Así que cuando a los chabones se les paraba la pija yo medio que no sabía cómo reaccionar. Después me hice cargo de que, como masajista, era un poco mi deber hacerme cargo si al tipo se le paraba, pero bueno, cuando lo masajeaba al pibe este, hace bocha, pero bocha de tiempo, todavía no me hacía cargo de que bueno, yo era un puto y los putos estábamos para servi...

3 polvos buenos y 2 polvos malos

Hoy me garchó un negro. No era un negro senegalés, era de Jamaica. Un maestro del sexo. Fue suave, pero me dio vuelta. No era muy pijón, la pija era de normal a grande, pero no un pijón. Pero sí lo que era esa pija era un instrumento musical. Música con la pija hacía el negro. Hablamos bocha. Antes y después del polvo. Él no podía parar de hablar, le hacía mucha falta, y le costaba encontrar quien pudiera hablar fluidamente en inglés con él. Estábamos tirados en la camilla, yo le agarraba la pija, para ver si se le paraba, y, mientras, hablábamos y hablábamos, pero no se le paraba, porque estaba el chabón muy metido en la charla y que yo le estuviera manoseando la morcilla no lo afectaba en nada. Tampoco lo incomodaba, era como una situación de lo más natural, me seguía hablando como quien habla con un amigo en un bar. Estuvimos así bocha, charlando y charlando, hasta un punto en el que le dije que estaba todo bien si no garchábamos, que me caía re bien y que podíamos seguir siendo ami...

Dulce santiagueño

 Cuando lo vi pensé, es un lindo chico. Bajito pero lindo, proporcionado, linda carita, nunca se la vi entera, porque nunca se quitó el barbijo. Me hizo la cola con el barbijo puesto. Qué loco, que ahora que alguien tenga la mitad de la cara cubierta te deje más tranquilo. Yo me saqué el barbijo porque se la tenía que chupar. En el ascensor le agarré el ganso por encima del pantalón. Nadie entra en mi gabinete si antes no le agarro el ganso en el ascensor, cuestión de códigos. Pero el pibe estaba re nervioso. Re. Onda nervioso como un hétero que se está dando cuenta que está por garcharse a un trolo. Se dejaba agarrar el ganso, pero no se quería terminar de sacar la ropa. Se bajó los pantalones y los slips, para que se la chupara así de parado. Yo ya estaba con el suspensor puesto y el cuarto estaba cálido. Le pedí que se acostara en la cama. Aún así no quería sacarse los pantalones. Se la paré así, con el chabón reclinado de costado en la cama, los pantalones por la pantorrilla, l...

La leche en la cara

 En el ascensor ya se me puso en posición de que le tocara la pija. Yo se la fui tocando por encima del jogging y sentía cómo se le paraba bajo mi mano. Le busqué la base de la pija y le empecé a frotar ahí, en la base de la pija, por la parte de arriba, con el resto de la pija poniéndose más dura hacia abajo, sostenida por la ropa. El me miraba fijo desde encima de su barbijo, sus ojitos color miel. Me vas a sacar toda la leche, como vos sabés, con esos petes que vos me hacés, me decía. Se mudó a San Isidro, cerca del sitio donde trabaja de seguridad, así que ya no pasa tanto por Consti. Pero esta vez tenía que hacer no sé qué trámite, así que aprovechó para sacarse la leche. Pero yo no quería hacerle solamente un pete. Este pibe me hace gozar. Cuando se sacó la ropa, yo me la saqué también. Cuando se acostó en la camilla y yo me acomodé bajo sus piernas, en la posición del petero, le agarré las manos y se las llevé a mis pezones. Dale, tocame como sabes, le pedí. Cierro los ojos ...