Un hombre superior
Me entrego a todo tipo de hombres, y siempre trato de buscar en todos ellos algo que me guste, es mi deber de puto para que mi entrega sea sincera y de todo corazon, pero debo reconocer que, cuando veo esperandome en la puerta a un hombre verdaderamente superior, mi corazon comienza a pulsar mas rapidamente.
A este tipo, conductor de un camion repartidor, no le ponia muchas fichas, pero cuando lo vi di un respingo de adoracion. Estatura de granadero, al borde de los cuarenta anios, que es cuando los hombres estan a punto caramelo, y un cuerpo sin un gramo de grasa, todo fibra. Con algo raro en el fisico de los hombres actuales, que es el desarrollo completo de los musculos serratos, esos que hacen que la caja toracica tenga contornos triangulares. Y algo que tambien se le notaba era que ese cuerpazo no lo habia conseguido en un gimnasio, lo consiguio laburando. Se nota cuando es asi y vale doble.
Los putos verdaderos, los que reverenciamos la esencia masculina, tenemos esto de que no nos importan tanto los adonis de gimnasio, si bien los tratamos con deferencia y respeto, como a todo varon que enarbole delante nuestro una pija parada en nuestro honor, pero podemos entregar la vida a un hombre forjado en el trabajo duro, si este quiere pisotearla. Como si nuestro verdadero proposito en la tierra fuera el de servir de descanso fugaz a este tipo de hombres, con vidas tan asperas.
Hubiera querido darle un super masaje, lento y esforzado, tratar con dedicacion cada una de sus cadenas musculares, para darle un relax completo. Pero el tipo no tenia tiempo, estaba apurado, y queria que le viera apenas un par de nudos en los trapecios antes de pasar a lo que le importaba, que era, basicamente, romperme el ojete. Ese mismo ojete que habia visto en los anuncios de la web. Porque ya habia ido a masajistas femeninas, pero no le daban con suficiente fuerza a las contracturas y, ademas, no conseguia que ninguna le entregara la cola.
Lo obedeci lo mejor que pude, aunque me quede profundamente insatisfecho con la calidad del masaje que le di. Podria haberlo hecho mucho mejor. Pero el estaba lleno de leche y cada vez que yo le tocaba las manos, tan rugosas que me hacian vibrar el corazon, el chabon se ponia al recontra palo. Finalmente se la empiezo a chupar y le doy cabeza como si hubiera sido lo ultimo que fuera a hacer en mi vida, pero el tipo, con una frase corta y acento de paisano de campo, me dice que ya era suficiente, que si yo era de los que se dejaban cojer.
El primer forro se me rompio sobre su pija, cuando se lo ponia con manos vacilantes. Soy obediente, pero siempre tengo cierta aprension cuando me van a hacer la cola. Tengo sensaciones encontradas con esto. Porque fisicamente la paso muy mal. Pero espiritualmente me siento completo al someterme a un macho, aunque me duela. No soy de esos putos que disfrutan como perras con la pija. Soy de los que sufren, pero lo hacen igual. Porque soy puto y me hago cargo de que los hombres me quieren culear y de que tengo que dar lo mejor de mi para que la pasen genial. Quebrando la cadera hacia arriba, no esquivando la pija cuando me la dan.
Este no tenia buena tecnica para entrar, pero si tenia la pija dura como cemento, que es lo fundamental. Y me la encajo tan fuerte, que vi todo negro y mis piernas cedieron del dolor. Como estabamos parados, casi me caigo al piso, porque mis piernas se doblaron y la pija se le salio. Me di vuelta y le puse un poco mas de gel, para que lo volviera a intentar, es que soy tan estrecho, que la desproporcion de tamanios era sideral. Esto a mi me hace vivir un infierno cuando me penetran, pero a los chabones les encanta, no se si por un sadismo intrinseco a la sexualidad masculina o porque fisicamente la compresion tan grande que mi ano hace sobre sus pijas les hace gozar aun mas.
Con un poco de gel extra, la pija entro hasta el final, y yo me agarre fuerte de los bordes de la pared, para no caerme, poder sacar el culito para arriba y maximizar su placer. Aunque yo no podia mas de dolor, intentaba relajar. Que mi cola se abriera, para que el pudiera disfrutar con libertad, era lo que mas me importaba en ese lugar. No fue mucho tiempo que estuvimos asi, aunque para mi fue eterno, el, una vez adentro, cadereaba como un profesional, y cuando acabo saco la pija al toque, el forro cargado con muchisima leche. Yo casi no podia hablar. Mis rodillas temblaban. Mis manos tambien, cuando lo limpiaban de los restos de aceite, para que su ropa no se le fuera a manchar.
Cuando alguien me hace la cola asi es como que pierdo la capacidad de pensar. A pesar de todo el dolor, de tanto sufrimiento, es por tipos asi que vale la pena garchar.
A este tipo, conductor de un camion repartidor, no le ponia muchas fichas, pero cuando lo vi di un respingo de adoracion. Estatura de granadero, al borde de los cuarenta anios, que es cuando los hombres estan a punto caramelo, y un cuerpo sin un gramo de grasa, todo fibra. Con algo raro en el fisico de los hombres actuales, que es el desarrollo completo de los musculos serratos, esos que hacen que la caja toracica tenga contornos triangulares. Y algo que tambien se le notaba era que ese cuerpazo no lo habia conseguido en un gimnasio, lo consiguio laburando. Se nota cuando es asi y vale doble.
Los putos verdaderos, los que reverenciamos la esencia masculina, tenemos esto de que no nos importan tanto los adonis de gimnasio, si bien los tratamos con deferencia y respeto, como a todo varon que enarbole delante nuestro una pija parada en nuestro honor, pero podemos entregar la vida a un hombre forjado en el trabajo duro, si este quiere pisotearla. Como si nuestro verdadero proposito en la tierra fuera el de servir de descanso fugaz a este tipo de hombres, con vidas tan asperas.
Hubiera querido darle un super masaje, lento y esforzado, tratar con dedicacion cada una de sus cadenas musculares, para darle un relax completo. Pero el tipo no tenia tiempo, estaba apurado, y queria que le viera apenas un par de nudos en los trapecios antes de pasar a lo que le importaba, que era, basicamente, romperme el ojete. Ese mismo ojete que habia visto en los anuncios de la web. Porque ya habia ido a masajistas femeninas, pero no le daban con suficiente fuerza a las contracturas y, ademas, no conseguia que ninguna le entregara la cola.
Lo obedeci lo mejor que pude, aunque me quede profundamente insatisfecho con la calidad del masaje que le di. Podria haberlo hecho mucho mejor. Pero el estaba lleno de leche y cada vez que yo le tocaba las manos, tan rugosas que me hacian vibrar el corazon, el chabon se ponia al recontra palo. Finalmente se la empiezo a chupar y le doy cabeza como si hubiera sido lo ultimo que fuera a hacer en mi vida, pero el tipo, con una frase corta y acento de paisano de campo, me dice que ya era suficiente, que si yo era de los que se dejaban cojer.
El primer forro se me rompio sobre su pija, cuando se lo ponia con manos vacilantes. Soy obediente, pero siempre tengo cierta aprension cuando me van a hacer la cola. Tengo sensaciones encontradas con esto. Porque fisicamente la paso muy mal. Pero espiritualmente me siento completo al someterme a un macho, aunque me duela. No soy de esos putos que disfrutan como perras con la pija. Soy de los que sufren, pero lo hacen igual. Porque soy puto y me hago cargo de que los hombres me quieren culear y de que tengo que dar lo mejor de mi para que la pasen genial. Quebrando la cadera hacia arriba, no esquivando la pija cuando me la dan.
Este no tenia buena tecnica para entrar, pero si tenia la pija dura como cemento, que es lo fundamental. Y me la encajo tan fuerte, que vi todo negro y mis piernas cedieron del dolor. Como estabamos parados, casi me caigo al piso, porque mis piernas se doblaron y la pija se le salio. Me di vuelta y le puse un poco mas de gel, para que lo volviera a intentar, es que soy tan estrecho, que la desproporcion de tamanios era sideral. Esto a mi me hace vivir un infierno cuando me penetran, pero a los chabones les encanta, no se si por un sadismo intrinseco a la sexualidad masculina o porque fisicamente la compresion tan grande que mi ano hace sobre sus pijas les hace gozar aun mas.
Con un poco de gel extra, la pija entro hasta el final, y yo me agarre fuerte de los bordes de la pared, para no caerme, poder sacar el culito para arriba y maximizar su placer. Aunque yo no podia mas de dolor, intentaba relajar. Que mi cola se abriera, para que el pudiera disfrutar con libertad, era lo que mas me importaba en ese lugar. No fue mucho tiempo que estuvimos asi, aunque para mi fue eterno, el, una vez adentro, cadereaba como un profesional, y cuando acabo saco la pija al toque, el forro cargado con muchisima leche. Yo casi no podia hablar. Mis rodillas temblaban. Mis manos tambien, cuando lo limpiaban de los restos de aceite, para que su ropa no se le fuera a manchar.
Cuando alguien me hace la cola asi es como que pierdo la capacidad de pensar. A pesar de todo el dolor, de tanto sufrimiento, es por tipos asi que vale la pena garchar.
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