Machito futbolero
Viene conmigo desde que tiene 19. Ahora andara por sus primeros 20, no se si 22 o 23. Al principio entrenaba con la esperanza de dedicarse profesionalmente al futbol, con fuertes dolores en los pies y piernas. Luego paso algo que le pincho los suenios, como nos pasa a muchos, y se dedico de lleno a otro laburo. Nunca me dijo de que, y yo tampoco le pregunte. Tampoco me dijo nunca nada de su vida personal, ni yo tampoco le pregunte. Yo solo me ocupo de sus musculos y de su placer, y es asi que lo vi crecer. Puedo decir que lo senti crecer bajo mis manos, convertirse en un lindo machito.
Me gusta desde el principio, pero cada vez que vuelve esta mejor. Su voz mas profunda, mas viril. Sus piernas esta vez estan mas peludas y su tronco mejor plantado, la caja toracica mas armada y mejor proporcionada en relacion con la fortaleza de sus piernas, tan caracteristicas del entrenamiento futbolero. Eso si, el pubis se lo afeita, lindo detalle. Cuando se desviste, su ropa interior esta inmaculada. Tan blanca que lastima la vista, tanto los boxers como las medias. Es obvio que las esta estrenando para mi sesion, esas telas nunca fueron transpiradas, ni pasadas por el lavarropas. Se puso de punta en blanco para venir. Deferencia muy gentil de su parte.
Este pibe me enloquece. Acaba de volver de sus vacaciones y la piel recien comienza a perder su bronceado, pelandose en los hombros y toda la parte alta de la espalda. Lo veo recostado sobre la camilla, con los ojos cerrados, y lo imagino recostado en la playa, en la misma posicion, provocando involuntariamente los suspiros de los hombres y las mujeres que lo vieran tomando sol. Y doy gracias interiormente al dios de las pijas, que ha sido tan generoso conmigo, porque este pibe tan deseado, con todas las posibilidades sexuales que su juventud le ofrece, sigue viniendo conmigo, confiando su intimidad en la comodidad de mis manos. Algo bueno debo haber hecho para que esta bendicion me sea otorgada. Las vueltas de la vida, cuando era un adolescente conflictuado, triste patito feo, nunca hubiera imaginado que todas estas pijas maravillosas iban a querer descargar conmigo una y otra vez. Cuanta felicidad aguarda al puto que esta bien dispuesto a una vida de servicio! Los hombres saben apreciarlo, cubriendolo de leche!
"Esta vez no me duele nada" me dice, con una media sonrisa satisfecha, antes de comenzar, "asi que no tiene que ser un un descontracturante ni nada de eso, es solo desestresarme". Quedamos en que le hago los pies y despues vemos, el ya tiene la pija al palo, pero se contiene. Los pies de este pibe son de los mas lindos que he tocado nunca, no solo a la vista, sino tambien al tacto. Ahora que esta mas grande estan un poco mas curtidos, pero recuerdo que las primeras veces que vino conmigo, cuando el recien salia de su adolescencia, parecian brillar levemente desde debajo de la piel.
Ustedes diran que alucino, no? Pero es la unica manera que encuentro de describir la impresion exacta que me causaban las primeras veces que los vi. Agradezco interiormente que no se haya dedicado profesionalmente al futbol, porque los futbolistas profesionales que he tratado tienen los pies deformados por los golpes y hubiera sido muy triste que toda esta belleza se echara a perder. Mientras le trabajo los pies, el pibe se relaja y la pija se le queda dormida, pero cada vez que subo a tocarle las manos se le pone al palo de vuelta. Me contengo para no cubrirlo ahi mismo de besos en la poronga, en los huevos, en los pies, y guardar un poco el decoro profesional. Dios, que trolo que soy, como me gustan los machos, es de no creer.
Le hago la espalda y el cuello tambien, pero cuando lo vuelvo a dar vuelta y le veo la pija tan dura, le consulto "te parece que te haga las piernas, o queres que vayamos al grano?". El sonrie sin abrir los ojos y me murmura que "no, no hace falta". Yo me pongo al lado suyo para empezar a besarle el tronco de la poronga, porque se que a el le gusta jugar con mi pito mientras lo atiendo. Como tiene el frenillo un poco acortado y veo que puede llegar a sentir dolor al bajarle el prepucio, me la meto entera en la boca con el prepucio cerrado. Y al principio no se si es mi pito que se va parando o su mano que se mueve, pero al rato, mientras su poronga ya lleva un lindo rato adentro de mi boca, el me esta haciendo una paja con suavidad. No se si es que el me excita tanto o que me lo hace tan suavemente, que no me hace falta ninguna lubricacion en la paja.
En determinado momento me impaciento y, mala mia, le quiero bajar el prepucio, pero el da un pequeño respingo y se lo termina de bajar el solo, "duele", me aclara. Yo me disculpo, avergonzado, y me pongo a darle estimulo al frenillo con mi lengua para compensarselo. Se cuanto le gusta. Ahi el me pide que por favor pare, porque va a acabar, asi que le beso los huevos y aprovecho para bajar a lamerle los pies, mientras el sigue haciendome la paja. Creo que es la primera vez, despues de tantos anios, que me decido a lamerle los pies con tanta devocion. Verlo tan crecido, convertido en todo un hombrecito, puede que sea lo que me haya decidido. El no deja de hacerme la paja, no puede tocarse su pija, porque acaba, pero me toca la mia, como si fuera la suya propia, y a mi me encanta.
Froto mi cabeza contra las plantas de sus pies, mojadas por mi baba, y subo hasta sus pechos y le lamo los pezones hasta que se paran. Luego de ese descanso vuelvo sobre su pija, que no es muy grande, pero si proporcionada, y el me sigue haciendo la paja, extendiendo el pulgar de esa mano para, con una timidez que me conmueve, acariciarme el abdomen, hasta que se decide a soltarme la pija y agarrarme las tetas y apretarmelas con firmeza. Yo bajo a chuparle los huevos y le suelto la poronga, porque me dice, otra vez, que si no lo hago, acaba.
Y entonces me acuerdo que, una de las primeras veces que vino, me habia pedido que alguna vez le enseniara como se chupaba una pija, pero que nunca se habia dado. No quiero ser grosero, asi que no se lo planteo directamente, pero para ponerle la mia mas al alcance acomodo mi cuerpo de forma tal que le quede mas cerca. No se bien como es que eso se da anatomicamente, pero en la inspiracion del momento sucede asi: para darle la posibilidad de que si quiere chuparme la pija, pueda hacerlo sin preguntarme, yo tengo que pasar mi cabeza debajo de una de sus piernas, para bajar mi lengua hasta su ojo del culo. No me la chupa, puede que haya perdido el interes en hacerlo o que todavia no tenga del todo ganas, pero el placer que le doy con la lengua en su cola lo desarma.
No me gusta chupar culos y menos tan peludos como este. Que se lo haga con tanto gusto es un misterio para mi. Puede que sea porque siento que este pibe es un poco como mi hijo. La demostracion de como un pendejo puede crecer hasta ser un tremendo machito conmigo como maestro de sus deseos. Tambien puede ser porque me gusta demasiado, hasta el punto de una adoracion ilimitada. O puede ser tambien una consecuencia directa de lo bien que me esta haciendo la paja y que yo estoy tan caliente que voy perdiendo la cabeza.
El punto es que empiezo a chuparle la cola con tanta sinceridad, que el empieza a gemir como no gimio nunca, y si con una mano sigue agarrado a mi pija, con la otra se agarra la suya y se empieza a pajear tambien, y al hacerlo sus huevos empiezan a golpear ritmicamente contra mi cara, mis ojos, mi nariz, y yo ya quiero diluirme en el, viendo su carita adorada gozar desde este escorzo en el que lo veo detras de sus pectorales freneticos y su pija afiebrada. Pero el se diluye primero, deslechandose en un orgasmo que deja su cuerpo inerte encima del mio, abrazando mi cuello con sus piernas pesadas.
Me gusta desde el principio, pero cada vez que vuelve esta mejor. Su voz mas profunda, mas viril. Sus piernas esta vez estan mas peludas y su tronco mejor plantado, la caja toracica mas armada y mejor proporcionada en relacion con la fortaleza de sus piernas, tan caracteristicas del entrenamiento futbolero. Eso si, el pubis se lo afeita, lindo detalle. Cuando se desviste, su ropa interior esta inmaculada. Tan blanca que lastima la vista, tanto los boxers como las medias. Es obvio que las esta estrenando para mi sesion, esas telas nunca fueron transpiradas, ni pasadas por el lavarropas. Se puso de punta en blanco para venir. Deferencia muy gentil de su parte.
Este pibe me enloquece. Acaba de volver de sus vacaciones y la piel recien comienza a perder su bronceado, pelandose en los hombros y toda la parte alta de la espalda. Lo veo recostado sobre la camilla, con los ojos cerrados, y lo imagino recostado en la playa, en la misma posicion, provocando involuntariamente los suspiros de los hombres y las mujeres que lo vieran tomando sol. Y doy gracias interiormente al dios de las pijas, que ha sido tan generoso conmigo, porque este pibe tan deseado, con todas las posibilidades sexuales que su juventud le ofrece, sigue viniendo conmigo, confiando su intimidad en la comodidad de mis manos. Algo bueno debo haber hecho para que esta bendicion me sea otorgada. Las vueltas de la vida, cuando era un adolescente conflictuado, triste patito feo, nunca hubiera imaginado que todas estas pijas maravillosas iban a querer descargar conmigo una y otra vez. Cuanta felicidad aguarda al puto que esta bien dispuesto a una vida de servicio! Los hombres saben apreciarlo, cubriendolo de leche!
"Esta vez no me duele nada" me dice, con una media sonrisa satisfecha, antes de comenzar, "asi que no tiene que ser un un descontracturante ni nada de eso, es solo desestresarme". Quedamos en que le hago los pies y despues vemos, el ya tiene la pija al palo, pero se contiene. Los pies de este pibe son de los mas lindos que he tocado nunca, no solo a la vista, sino tambien al tacto. Ahora que esta mas grande estan un poco mas curtidos, pero recuerdo que las primeras veces que vino conmigo, cuando el recien salia de su adolescencia, parecian brillar levemente desde debajo de la piel.
Ustedes diran que alucino, no? Pero es la unica manera que encuentro de describir la impresion exacta que me causaban las primeras veces que los vi. Agradezco interiormente que no se haya dedicado profesionalmente al futbol, porque los futbolistas profesionales que he tratado tienen los pies deformados por los golpes y hubiera sido muy triste que toda esta belleza se echara a perder. Mientras le trabajo los pies, el pibe se relaja y la pija se le queda dormida, pero cada vez que subo a tocarle las manos se le pone al palo de vuelta. Me contengo para no cubrirlo ahi mismo de besos en la poronga, en los huevos, en los pies, y guardar un poco el decoro profesional. Dios, que trolo que soy, como me gustan los machos, es de no creer.
Le hago la espalda y el cuello tambien, pero cuando lo vuelvo a dar vuelta y le veo la pija tan dura, le consulto "te parece que te haga las piernas, o queres que vayamos al grano?". El sonrie sin abrir los ojos y me murmura que "no, no hace falta". Yo me pongo al lado suyo para empezar a besarle el tronco de la poronga, porque se que a el le gusta jugar con mi pito mientras lo atiendo. Como tiene el frenillo un poco acortado y veo que puede llegar a sentir dolor al bajarle el prepucio, me la meto entera en la boca con el prepucio cerrado. Y al principio no se si es mi pito que se va parando o su mano que se mueve, pero al rato, mientras su poronga ya lleva un lindo rato adentro de mi boca, el me esta haciendo una paja con suavidad. No se si es que el me excita tanto o que me lo hace tan suavemente, que no me hace falta ninguna lubricacion en la paja.
En determinado momento me impaciento y, mala mia, le quiero bajar el prepucio, pero el da un pequeño respingo y se lo termina de bajar el solo, "duele", me aclara. Yo me disculpo, avergonzado, y me pongo a darle estimulo al frenillo con mi lengua para compensarselo. Se cuanto le gusta. Ahi el me pide que por favor pare, porque va a acabar, asi que le beso los huevos y aprovecho para bajar a lamerle los pies, mientras el sigue haciendome la paja. Creo que es la primera vez, despues de tantos anios, que me decido a lamerle los pies con tanta devocion. Verlo tan crecido, convertido en todo un hombrecito, puede que sea lo que me haya decidido. El no deja de hacerme la paja, no puede tocarse su pija, porque acaba, pero me toca la mia, como si fuera la suya propia, y a mi me encanta.
Froto mi cabeza contra las plantas de sus pies, mojadas por mi baba, y subo hasta sus pechos y le lamo los pezones hasta que se paran. Luego de ese descanso vuelvo sobre su pija, que no es muy grande, pero si proporcionada, y el me sigue haciendo la paja, extendiendo el pulgar de esa mano para, con una timidez que me conmueve, acariciarme el abdomen, hasta que se decide a soltarme la pija y agarrarme las tetas y apretarmelas con firmeza. Yo bajo a chuparle los huevos y le suelto la poronga, porque me dice, otra vez, que si no lo hago, acaba.
Y entonces me acuerdo que, una de las primeras veces que vino, me habia pedido que alguna vez le enseniara como se chupaba una pija, pero que nunca se habia dado. No quiero ser grosero, asi que no se lo planteo directamente, pero para ponerle la mia mas al alcance acomodo mi cuerpo de forma tal que le quede mas cerca. No se bien como es que eso se da anatomicamente, pero en la inspiracion del momento sucede asi: para darle la posibilidad de que si quiere chuparme la pija, pueda hacerlo sin preguntarme, yo tengo que pasar mi cabeza debajo de una de sus piernas, para bajar mi lengua hasta su ojo del culo. No me la chupa, puede que haya perdido el interes en hacerlo o que todavia no tenga del todo ganas, pero el placer que le doy con la lengua en su cola lo desarma.
No me gusta chupar culos y menos tan peludos como este. Que se lo haga con tanto gusto es un misterio para mi. Puede que sea porque siento que este pibe es un poco como mi hijo. La demostracion de como un pendejo puede crecer hasta ser un tremendo machito conmigo como maestro de sus deseos. Tambien puede ser porque me gusta demasiado, hasta el punto de una adoracion ilimitada. O puede ser tambien una consecuencia directa de lo bien que me esta haciendo la paja y que yo estoy tan caliente que voy perdiendo la cabeza.
El punto es que empiezo a chuparle la cola con tanta sinceridad, que el empieza a gemir como no gimio nunca, y si con una mano sigue agarrado a mi pija, con la otra se agarra la suya y se empieza a pajear tambien, y al hacerlo sus huevos empiezan a golpear ritmicamente contra mi cara, mis ojos, mi nariz, y yo ya quiero diluirme en el, viendo su carita adorada gozar desde este escorzo en el que lo veo detras de sus pectorales freneticos y su pija afiebrada. Pero el se diluye primero, deslechandose en un orgasmo que deja su cuerpo inerte encima del mio, abrazando mi cuello con sus piernas pesadas.
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