PORNO STAR

Recien se va. Un lector de estos relatos. En sus veinte años. Heterosexual. Va directo al grano. Le calienta lo que lee. Le da morbo, curiosidad. Puede pasar? Se cruza la ciudad en auto en media hora y lo tengo aca. Muy nervioso. Un rostro timido, como el del primer Fassbinder. Y un cuerpo que el llama robusto y que esta barbaro, robusto en serio, onda leñador, de ejercicio duro al aire libre y ahora trasplantado a esta ciudad de gimnasios, que nunca van a dar algo similar. Brazos y piernas fuertes, pies y manos grandes y carnosas. Sus pies y sus manos me dan ganas de ser su esclavo por siempre. O por lo menos hasta que se le vayan las ganas de garchar.

Es la segunda vez que experimenta con un hombre, me dice. Yo lo trato de calmar. Le masajeo suavemente los pies. Le charlo. Me puede el narcisismo, ¿cual de mis relatos lo hizo calentar? El del venezolano, me dice. Ah, si, al venezolano lo re ponia que le besara los pies, y miro los suyos, que creo que me gustan aun mas. Se los masajeo y le digo "viste como calma el masaje de pies?", y cuando se me cansan las manos me inclino en la reverencia del puto, la cabeza humillada entre sus piernas, mis manos sobre las suyas, hasta que me hace un gesto con los manos que no entiendo primero si es que me las quiere tomar, pero que en seguida comprendo que quiere indicarme, sin palabras, que suba un poco mas, hasta la pija, que se le empieza a parar.

Se la beso despacito y después le hago unos toques rapidos con todos los dedos en sentido longitudinal y asi se le pone tan dura que parece reventar. El quiere ver y hace un esfuerzo para levantar la cabeza. Yo le alcanzo un almohada para que no haga fuerza con el cuello. No sea cosa que haya venido para relajar y se vaya con una lesion cervical. Se cubre los pezones con las manos, para que yo no se los toque, le da cosquillas, me dice, y yo beso el tronco duro de la pija y la cabeza cubierta bien hasta arriba por el prepucio. Cuando me la meto entera en la boca, suelta una exhalacion profunda y exclama por lo bajo "que bueno esta!". Y me agarra la cabeza y me empuja la pija dentro de la garganta. Pienso por un momento: quiere llevar las descripciones de mis relatos a la realidad, y me hace sentir una porno star.

Me la saco un momento de la boca, le bajo el prepucio y el glande aflora rosado, sensible. Le pido, "por favor, no me acabes en la boca". El apenas asiente, los ojos turbios, perturbados. Y cuando me la quiero volver a tragar entera, me frena. "No, no. Pará. Voy a acabar!". Apenas puedo hacer nada, solo estimularle rapido los huevos, y la leche empieza a brotar. Cuanta felicidad

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