El potrazo del sindicato
Hoy paso el chongo del sindicato de porteros, otro de mis habituales. La primera vez que lo vi, esperandome que le abra la puerta casi se me vencen las rodillas de lo fuerte que estaba. Un monumento al varon. Una especie de Luciano Castro, altisimo, lomazo, exhudando masculinidad por todas partes. Con un esplendido anillo de casado en el anular. Ahora está cruzando la cuarentena y estoy viendo como se convierte en todo un senior, bien plantado y con autoridad.
Pero la primera sesion fue tan mala que pense que no iba a volver nunca mas. El masaje claramente no le calentaba y despues que se la pude parar con la boca habia insistido en hacerme la cola, pero se ahi se le bajo y nunca mas se le pudo parar y se fue sin que se le volviera a parar. Creo que pocas veces me fue tan mal con alguien. Igual se porto como un hombre de palabra y cumplio todo lo que habiamos arreglado.
Por todo esto, la segunda vez que volvio me sorprendio de verdad que lo hiciera. Me atajo antes de empezar el masaje "no quiero nada de esas tonterias, anda directo a la verga". Cerro los ojos y no los volvio a abrir hasta que lo hice acabar. Era como si se la bajara darse cuenta que estaba con un chabon y cerrara los ojos para imaginarse que, no se, se la chupaba algun gato de la tele. A la tercera vez que vino, en la que volvimos a repetir todo lo de la segunda, le pregunte por que no probaba con alguna de las chicas que hacen la calle en mi barrio, que son muchas y variadas. Y el ahi me afirmo, rotundo "no no, vos sos mucho mas limpio que cualquiera de ellas, hay un mundo de diferencia", dando por zanjada la cuestion.
Ya la cuarta vez que vino, descubrimos la sensibilidad de su zona anal, así que desde entonces, siempre que vino, tuve que tener preparado los guantes de latex para hacerle tactos suaves para hacerlo acabar con orgasmos dobles. Ahora bien, insisto, esto nunca lo hizo a el menos heterosexual, el siguio siendo tan hetero como el primer dia, solo que empezo a disfrutar de su punto g.
Esta vez estamos un buen rato con uno de mis dedos en la prostata, la otra mano frotandole los pezones y el cojiendome la cabeza. Hasta que me dice que le saque el dedo, porque le esta empezando a arder. Ahi cambio el guante y me quedo haciendole masajes en la parte exterior del esfinter. Se lo super ablando por todos los costados, haciendole presiones en el lado del huesito dulce y tambien con el dedo plano sobre todo el esfinter, para que se vaya abriendo solo. Y el chabon, claro, lo ponia en las estrellas, porque todo el tiempo seguia dandole cabeza arriba yi abajo en la chota. En un momento se calienta tanto que se incorpara para agarrarme la cabeza y darme masa con la pija, y yo le habia ablando tanto el esfinter a a esa altura, que se le escapa un pedo. La tragedia que arma! Se muere de verguenza. Me dice "perdoname loco, no fue mi intencion! No!". Y se para y se manda disparado para el banio y yo le digo "espera, que haces, que te paso?" "me cague, perdoname!" me dice, todavia con la pija parada. "No, boludo. Si te tenia el dedo encima del culo, mira: lo tengo limpio. No te cagaste nada".
Le muestro el dedo y ahi se convence. Entonces nos volvemos a acomodar. "Por lo menos la pija no se te bajo", le digo en tono jocoso, para que se calme. "No se, me parece que si", se lamenta, y es que tenemos un historial con erecciones que una vez que se bajan no se pueden volver a remontar. Bueno, un poco si se le habia bajado y yo pienso en un momento que va a pasar como la primera vez y que se va a tener que ir sin que se la pueda volver a parar. Pero en un par de minutos de concentracion estamos donde habiamos dejado y ahi le froto fuerte y rapido la raja de la cola mientras le doy masa con la cabeza, hasta que me agarra la otra mano y se la lleva a la pija para que lo acabe asi y yo le doy mas y presion y mas rapidez a la mano que le tengo afuera de la raja y asi el chabon acaba tan fuerte que la huasca despues la encuentro tambien en mis medias, acomodadas como a un metro de distancia.
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