Neonatólogo colombiano
Hoy a la mañana. Neonatólogo colombiano. En la foto del whatsapp parecía un monstruo, pero es mucho más agradable en persona. Muy buena energía. Está en Buenos Aires desde hace ocho años, y dice que allá la gente está igual que acá. Otro mito que se derrumba: en Colombia no se está mejor. Promediando la cuarentena de años, fue padre adolescente y ahora es abuelo por partida doble. Está felizmente casado con su novia desde entonces. Cariñoso y juguetón, apenas puedo masajearlo porque se le pone re dura y la cosa fluye hacia el sexo enseguida. Y dentro del acto sexual, sabe muy bien lo que quiere: hacerme la cola. Tiene una muy buena erección, bien firme. Me la quiere meter sin forro (un médico! quién lo hubiera dicho, hasta dónde puede llegar la inconsciencia). Pero no lo consiento. Así que me siento arriba recién después de ponerle el forro. Mientras lo unto con gel le comento que le prometí a mi proctólogo lubricarme bien la cola siempre que la entregara. Se porta muy bien y se queda quietito con la poronga re dura mientras yo me le muevo despacito sobre la cabeza, para ir abriéndome el esfínter. Cuando me bombea ya la estoy pasando bárbaro, y el tipo me hace la paja. Igual no lo hace tan bien como para que yo mantenga la erección mientras me la pone. Siempre encuentro muy difícil mantener la erección cuando me hacen la cola. El glande se me sensibiliza demasiado. Me pide cambiar de postura, que yo vaya debajo, pero boca arriba, así puede besarme. Me da unos minutos en que la re siento. Y es muy energético sentirla así tan temprano en la mañana. Cuando está por acabar se saca el forro y lanza una serie de chorros largos y potentes, casi como si fueran de meo, que me enchastran todo. Buena piel. Buena onda. Buena técnica. Paga lo convenido y promete volver. Será bienvenido. Es lindo que sea así el polvo matutino.
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