El viejo doctor
El viejo doctor no es tan viejo. Viene por Grindr. Apenas bordea los 60. Es un groso. Además de trabajar en un hospital. Enseña en la UBA y viaja por el mundo dando conferencias, pero en el fondo extraña caminar descalzo por las calles de barro de su pueblo de la infancia. Por eso su dolor crónico en los pies. Físicamente está mejor que los dos jóvenes que atendí más temprano. La pija más linda del día. Larga, gruesa y con linda forma. Y es la única sesión que doy correctamente de principio a fin. También la única que cobro completa. El doctor quiere piel, besos, afecto, masajes y sexo. Le doy todo. Conectamos bien. Logro crear las imágenes mentales para estar erecto mientras mantenemos contacto visual, porque, por más que se autodefina como activo, no puede soltarme la pija y apenas me toca la cola. Luego de un rato bien largo de placer compartido, porque me hace muy bien la paja y nos las chupamos por turno, vamos con la paja mutua hasta que acaba, besándonos. Cuando nos vestimos le digo que lo malo de una buena sesión es que difícilmente se repita así de buena.
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