Compartir lo bueno
Este pendejo ha estado insistiéndome por meses para que lo vuelva a recibir. No entiende que me quería retirar, que ya estaba vieja para seguir rifando finales felices en Constitución. Y la persistencia tiene sus frutos, porque las vueltas de la tortilla han hecho que reconsidere en algo mis decisiones, pero, aún así, siempre que me ha pedido pista, yo o ya estaba con otro chabón o saliendo a hacer otro plan. Hoy me vuelve a tantear y yo, les juro, estoy re cansado, se lo digo, pero él me lo ruega, me dice que super necesita un masaje, y que va a ser sólo eso un masaje rápido y ya, sin sexo. Okey, le digo, pero que sea ahora, porque me voy a quedar dormido antes. El pibe me dice que en cuarenta minutos llega, pero está en veinte, re ansioso, el chabón. Cuando le abro la puerta noto que está más delgado. Es petizo y tiene buen cuerpo, pero las últimas veces se había venido achanchando y había sacado una panza bastante grotesca, pero la juventud tiene esta flexibilidad de adelgazar fácil...