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Mostrando las entradas de octubre, 2023

Compartir lo bueno

Este pendejo ha estado insistiéndome por meses para que lo vuelva a recibir. No entiende que me quería retirar, que ya estaba vieja para seguir rifando finales felices en Constitución. Y la persistencia tiene sus frutos, porque las vueltas de la tortilla han hecho que reconsidere en algo mis decisiones, pero, aún así, siempre que me ha pedido pista, yo o ya estaba con otro chabón o saliendo a hacer otro plan. Hoy me vuelve a tantear y yo, les juro, estoy re cansado, se lo digo, pero él me lo ruega, me dice que super necesita un masaje, y que va a ser sólo eso un masaje rápido y ya, sin sexo. Okey, le digo, pero que sea ahora, porque me voy a quedar dormido antes. El pibe me dice que en cuarenta minutos llega, pero está en veinte, re ansioso, el chabón. Cuando le abro la puerta noto que está más delgado. Es petizo y tiene buen cuerpo, pero las últimas veces se había venido achanchando y había sacado una panza bastante grotesca, pero la juventud tiene esta flexibilidad de adelgazar fácil...

Gigante rubio

Es rubio y mide cerca de dos metros. Viene directo de entrenar. Apenas habla castellano. Por mensaje me había aclarado que lo que quería era sexo oral y sexo anal, así que yo me preparé para el paquete completo, depilado y limpio por dentro para entregar la cola sin problemas. Cuando lo veo me parece más bonito que en las fotos, el tono específico del color del pelo no había fotografiado bien, es un rubio claro pero con reflejos rojizos, muy particular. Él es muy blanco y muy grande, en el ascensor se deja tocar la pija bien mansito, pero su expresión es muy sufrida, de inmigrante que no la pasa bien, no la del chabón desesperado por ponerla que, cuando le toco la garompa, suele manotearme la cola como respuesta. En el cuarto hace frío, ya estamos en primavera, pero mi cuarto es bien fresco, yo me saco la musculosa y pongo la calefacción pero él no se decide a desnudarse, se queda sentado al borde de la cama, con la cabeza algo gacha. Me siento al lado suyo, sólo con mis shorts y él se...

La profundidad de mi cola.

El tipo tenía la pija bien larga y curvada hacia bajo, como un gancho de carne. El encuentro era para pete no más, le había pedido que me respetara la cola, porque no me había afeitado las piernas y él tipo lo que buscaba era una onda bien femenina. Está bien, no quiero que te pongas a trabajar, tenés que estar cómoda, me había dicho, así en femenino. Yo lo había seguido la corriente y cuando le respondía también me feminizaba. Ya me había abordado varias veces y yo siempre le había dado vueltas, pero esta vez, cuando comenzaron las vueltas, porque él quería para ya y yo le decía para mañana, y el me decía para pasado, y yo para el día siguiente, me apiadé y le dije: mirá, si vos hoy tenés mucha necesidad de descargar, yo, aunque esté cansada, me sacrifico por vos y podés venir a que te haga un pete, pero respetame la cola, por favor. Él estuvo de acuerdo y me dijo gracias por apiadarte de mi pija. Pero en el ascensor, cuando llegó, ya me había empezado a tocar la cola. Es esta foto qu...